El huevo es uno de los alimentos más completos y accesibles que existen, y cada vez más estudios destacan su papel en el desarrollo infantil. Uno de los más recientes es el estudio Un Oeuf, realizado en Burkina Faso, que analizó el impacto del consumo de huevos sobre el desarrollo de niños pequeños entre los 18 y 33 meses de edad. Este estudio aporta evidencia valiosa sobre cómo la incorporación frecuente de huevos en la alimentación infantil puede contribuir al desarrollo cognitivo y motor, especialmente en países de bajos y medianos ingresos.
El estudio se realizó en 18 comunidades rurales de la provincia de Sanmatenga, involucrando a 244 niños divididos en tres grupos: uno con intervención completa (que incluía entrega de gallinas y educación nutricional), uno con intervención parcial (solo educación nutricional) y un grupo control. Cuatro meses después de finalizada la intervención, se evaluó el desarrollo de los niños usando el cuestionario Ages and Stages Questionnaire-3 (ASQ-3), una herramienta reconocida internacionalmente para medir hitos del desarrollo en distintas áreas como la comunicación, las habilidades motoras y la resolución de problemas.
Más huevos, mejor desarrollo
Los resultados son alentadores: los niños que consumieron huevos de forma consistente durante los siete meses de la intervención mostraron menores probabilidades de tener un desarrollo deficiente en tres áreas clave: comunicación, motricidad gruesa y habilidades sociales. Además, se encontró una relación dosis-respuesta: por cada huevo adicional consumido por semana, se observó un aumento del 1,9 % en las puntuaciones del área de resolución de problemas.
Estos hallazgos destacan tanto la importancia de la frecuencia como de la cantidad de huevos consumidos. Si bien el simple aumento en el número de huevos por semana no fue suficiente por sí solo para mejorar todos los aspectos del desarrollo, sí tuvo un efecto claro en la capacidad de resolver problemas, lo cual es fundamental en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.
El huevo como aliado contra la desnutrición y el rezago en el desarrollo
En contextos de alta vulnerabilidad, como Burkina Faso, la desnutrición sigue siendo una de las principales causas de retraso en el desarrollo infantil. Intervenciones como Un Oeuf, que combinan educación nutricional y acceso a alimentos de alto valor biológico como los huevos, pueden ser herramientas eficaces para reducir las brechas en salud y educación desde los primeros años de vida.
El estudio también encontró que los niños del grupo de intervención completa, que recibieron gallinas para producción doméstica de huevos, obtuvieron las mejores puntuaciones en casi todas las áreas evaluadas. Esto sugiere que la disponibilidad continua de huevos en el hogar, más allá de la educación nutricional, es un factor determinante para mejorar el desarrollo infantil.
¿Qué nutrientes hacen al huevo tan especial?
El huevo contiene nutrientes esenciales para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso: colina, hierro, zinc, ácido fólico, yodo y ácidos grasos como el DHA. Estos componentes no solo apoyan el crecimiento físico, sino también funciones clave como el lenguaje, la memoria y la coordinación motora. Por eso, promover su consumo regular en la infancia temprana puede tener efectos positivos duraderos.
Conclusión
Este estudio refuerza la idea de que los huevos no solo son una fuente económica y accesible de proteína, sino también un vehículo eficaz para mejorar el desarrollo infantil, especialmente en contextos donde otros alimentos de alto valor nutricional son difíciles de conseguir. Incluir huevos de manera constante en la dieta de los niños pequeños puede ser una estrategia clave para impulsar su desarrollo desde etapas tempranas, con beneficios que podrían perdurar a lo largo de su vida.
Fuente: Ernyey, H., Tiwari, C., Stark, H., Hunniford, E., N’Diaye, A. W., Zare, Y., ... & McKune, S. L. (2025). Effect of egg consumption on early childhood development: Evidence from Un Oeuf study. Public Health Nutrition, 28(1), e10.
Elaborado por: Lic. Sandra Wages Young, Nutricionista ILH-ALA
Más huevos, mejor desarrollo
Los resultados son alentadores: los niños que consumieron huevos de forma consistente durante los siete meses de la intervención mostraron menores probabilidades de tener un desarrollo deficiente en tres áreas clave: comunicación, motricidad gruesa y habilidades sociales. Además, se encontró una relación dosis-respuesta: por cada huevo adicional consumido por semana, se observó un aumento del 1,9 % en las puntuaciones del área de resolución de problemas.
Estos hallazgos destacan tanto la importancia de la frecuencia como de la cantidad de huevos consumidos. Si bien el simple aumento en el número de huevos por semana no fue suficiente por sí solo para mejorar todos los aspectos del desarrollo, sí tuvo un efecto claro en la capacidad de resolver problemas, lo cual es fundamental en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.
El huevo como aliado contra la desnutrición y el rezago en el desarrollo
En contextos de alta vulnerabilidad, como Burkina Faso, la desnutrición sigue siendo una de las principales causas de retraso en el desarrollo infantil. Intervenciones como Un Oeuf, que combinan educación nutricional y acceso a alimentos de alto valor biológico como los huevos, pueden ser herramientas eficaces para reducir las brechas en salud y educación desde los primeros años de vida.
El estudio también encontró que los niños del grupo de intervención completa, que recibieron gallinas para producción doméstica de huevos, obtuvieron las mejores puntuaciones en casi todas las áreas evaluadas. Esto sugiere que la disponibilidad continua de huevos en el hogar, más allá de la educación nutricional, es un factor determinante para mejorar el desarrollo infantil.
¿Qué nutrientes hacen al huevo tan especial?
El huevo contiene nutrientes esenciales para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso: colina, hierro, zinc, ácido fólico, yodo y ácidos grasos como el DHA. Estos componentes no solo apoyan el crecimiento físico, sino también funciones clave como el lenguaje, la memoria y la coordinación motora. Por eso, promover su consumo regular en la infancia temprana puede tener efectos positivos duraderos.
Conclusión
Este estudio refuerza la idea de que los huevos no solo son una fuente económica y accesible de proteína, sino también un vehículo eficaz para mejorar el desarrollo infantil, especialmente en contextos donde otros alimentos de alto valor nutricional son difíciles de conseguir. Incluir huevos de manera constante en la dieta de los niños pequeños puede ser una estrategia clave para impulsar su desarrollo desde etapas tempranas, con beneficios que podrían perdurar a lo largo de su vida.
Fuente: Ernyey, H., Tiwari, C., Stark, H., Hunniford, E., N’Diaye, A. W., Zare, Y., ... & McKune, S. L. (2025). Effect of egg consumption on early childhood development: Evidence from Un Oeuf study. Public Health Nutrition, 28(1), e10.
Elaborado por: Lic. Sandra Wages Young, Nutricionista ILH-ALA